RESURRECCIÓN
(ZAIDÍN)
FUNDADA 1985
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Antonio Padial Bailón
ANTECEDENTES
Tanto a la salida de la cofradía, que lo hizo a las seis de la tarde, como a su regreso ya avanzada la noche un enorme gentío llenaba la plaza de Fontiveros, donde se prendieron fuegos artificiales antes de encerrarse la imagen en el tinglado de donde había salido.
El itinerario hacia el centro de la ciudad se realizó por las calles de Andrés Segovia y Manuel de Góngora, hasta el río Genil y Carrera de la Virgen, llegando a la tribuna, entonces en la Plaza del Carmen, por Plaza de la Mariana, San Matías y Navas, y a la Catedral por Bibrambla y Pescadería. El regreso lo hizo por Alhóndiga y Puerta Real, hasta el Puente Romano, volviendo por Manuel de Góngora y Andrés Segovia.
Aquel año de 1990 la hermandad contrató a la banda de cornetas y tambores de la Buena Muerte de Ayamonte (Huelva) y a la de la Cruz Roja de Sevilla, al igual que el año anterior y parece que suprimió la banda de cabecera.
La evolución de los pasos y de la cofradía en la calle se venía observando año a año en la estación gloriosa. Las normas y las exigencias de las comisiones de arte y ornato no eran tan rígidas entonces como lo son en la actualidad; hoy una nueva hermandad no podría procesionar por el itinerario oficial hasta que el conjunto de pasos y enseres no tuviera la estética y calidad adecuada al resto de las hermandades que procesionan por la carrera oficial, debiendo, mientras tanto, procesionar solamente por el barrio o zona de la ciudad donde tuviera su sede.
La cruz de guía se restauró y enriqueció para la Semana Santa de 1996 por el granadino Manuel Martín Álvarez, imprimiéndole un baño de plata y sobredorando los remates de los brazos y el escudo de la hermandad. Asimismo, se le realizaron a la cofradía cuatro ciriales y faroles de acompañamiento del mismo artesano, que se estrenarán en 1997. También se completan con una base de adornos de orfebrería los candeleros delanteros, que portan ramos de cera.
Pero un suceso luctuoso va a ocurrir en el mes de 15 de junio de ese año 2000 y fue el incendio producido en las dependencias parroquiales donde se guardaba enseres de la cofradía. La rápida acción de los bomberos y hermanos evitó que el incendio adquiriera mayor envergadura, pero no que se perdieran las bambalinas del palio de la Virgen, que habían bordado las monjas dominicas de Alcalá la Real.
Aquel año 2005 pudimos contemplar el remate del palio con la realización del bordado en calado de malla e hilo de plata por el taller de García Poo, como el resto del palio. Sin embargo, el "gloria", se bordó en diversos colores en sedas por el taller de Murcia "La Egipcia" y representa la Coronación de la Virgen por el Padre Eterno y Jesucristo. Lucía la Virgen magníficamente ataviada por Fernando González y su clásica flor blanca y de dicho color las azucenas que cubrían las esquinas del paso, e inundado, como siempre, ramos de cera.
Volvían a tocar elecciones ese año 2005, resultando una nueva continuidad, al resultar reelegido José Paniza Fernández. Lo seguía acompañando como Vice Hermano Mayor José Carlos Fenoll. Otros componentes de la Junta serían: Salvador Fenoll Castillo, como Secretario; Vicente Romera Navarro, como Vice-Secretario; Jesús Ferrer López, como Ecónomo; Enrique Jiménez García, como albacea y Antonia Lozano Roldán. como Camarera Mayor. Los vocales: Jesús Padial Carrasco, Guillermo Ruiz Martínez, José Jiménez Pérez, Jorge Heredia Castillo, Santiago Bueno Rejón, Julio Morales Merino, Raul Fernández Morales, Carmen Pérez García, José M. Ceballos Sánchez, Miguel Gutiérrez de Diego y Eva Valladares Medías. Siendo Consiliario el Padre Daniel Ubago Ibáñez (5).
No obstante, no se olvidaba por la Junta de Gobierno mejorar el paso de la Virgen, aprobándose en un cabildo la hechura de un manto de salida bordado en hilo de plata con algunos elementos en hilo de oro sobre tela de tisú, que se realizaría por el taller de García Poo, según diseño del por entonces jovencísimo granadino, Álvaro Abril, hoy reputado artista reconocido en toda Andalucía y fuera de ella. Sin embargo, no sabemos las circunstancias por las que hoy, dieciséis años después no se ha efectuado dicho manto.
En marzo de 2020 se declara la pandemia de Covid-19, con medidas restrictivas de movilidad de la población, prohibiéndose las convocatorias de colectivos y recluyéndose la población por lo que se desconvocan las salidas procesionales de la Semana Santa de 2020 y, después, la de 2021. También se aplazaron las elecciones para hermanos mayores, prorrogándoseles el cargo a aquellos que les cumplía en esos años.
En Granada contamos con el más antiguo precedente de culto a la Resurrección de Jesucristo tributado por una hermandad en el convento franciscano de San Francisco "Casa Grande", suprimido por la Exclaustración de 1835, pero de que hoy se conservan parte de sus edificaciones, aunque no su gran templo, que sirvió desde 1507 como Catedral, donde ese mismo año fue enterrado el primer arzobispo tras la Reconquista de la ciudad, Fray Hernando de Talavera. Unos años después, en 1516, el Rey Fernando el Católico, cedió el templo y dependencias a los frailes franciscanos.
Las edificaciones que quedan del convento, situado entre la calle Pavaneras, Plaza de las Descalzas, parte de la calle de San Matías y la Placeta de los Tiros, han servido a diversos fines desde la supresión del mismo, entre ellos a Capitanía General y actualmente es sede de la Jefatura del MADOC (Mando de Adiestramiento y Doctrina Militar). Quedan de él, primordialmente, sus dos claustros con fuente central y restos del alminar de la mezquita sobre la que fue construido, su aljibe y baños nazaríes.
Su monumental templo, que tenía adosado otro, sede de la antigua hermandad de penitencia de la Santa Vera Cruz, fueron demolidos en el siglo XIX. Situado el convento en la antigua judería de Granada, alrededor de él se construyeron muchas casas solariegas de la nobleza granadina, como la de los Granada Venegas (Casa de los Tiros), descendientes de la Casa Real Nazarí, la de los Duques de Gor, la del Padre Suarez, la de los Condes de Castillejo, la de los Condes de Gabia, la de los Girones...etc.
En la foto parte del antiguo Convento de San Francisco Casa Grande, que da a Pavaneras. Foto A. Padial |
A la izquierda Convento de San Francisco, fachada que da a calle San Matías. Foto A. Padial |
San Francisco, fachada que da a placeta de los Tiros, con portada de la cárcel traslada aquí por el Alcalde Gallego y Burín en los años cuarenta. Foto A. Padial |
En su gran templo tuvieron su sede cerca de veinte cofradías, muchas de ellas de penitencia, como la Vera Cruz, decana de las penitenciales granadinas, la de Jesús de las Tres Caídas, de los cocheros, o la de los gallegos de Nuestra Señora de la Consolación. También, la de la Resurrección, citada por Enríquez de Jorquera, de la que eran hermanos los hortelanos de la Vega, que daban culto a una imagen de Cristo Resucitado en una capilla situada junto a una de las puertas del templo, a la que se le daba por ello el nombre de Puerta de la Resurrección. Según el plano de Dalmau esta puerta de la iglesia tenía su acceso por la calle del Campanario, hoy calle de Capitanía, que comunica la placeta de los Tiros con la calle de San Matías. Se tienen escasas noticias de esta hermandad, fuera de las escuetas que da Enríquez de Jorquera en sus "Anales de Granada", que manifiesta lo siguiente: " (...) la cofradía de la Resurrección de Cristo señor nuestro con famosa capilla que la sirven los hortelanos de esta ciudad con mucha puntualidad".
Plano del Convento de San Francisco Casa Grande en la Plataforma de Ambrosio Vico, principios del XVII. |
No sabemos si la hermandad sacaba en procesión la imagen el Domingo de
Pascua, aunque puede suponerse que así lo hiciera. La única referencia que
tenemos a una procesión de Resurrección venía organizada por la Hermandad del
Santo Entierro y Ntra. Sra. de las Tres Necesidades, que desde el mismo año de
su fundación (1615) una vez terminada su procesión de Entierro “Dexaron el
santo Sepulcro en el Monasterio de monjas de Santa Paula para volverle
resucitado el día de Pascua por la mañana, con grande solemnidad y fiesta que
se hiço”.
La imagen del Resucitado del convento de San Francisco, una vez suprimido éste, pasó a la iglesia de San Matías, parroquial a cuya jurisdicción pertenecía el convento, estando hoy colocada sobre un pedestal en la capilla de Cristo de las Ánimas. Es una talla de tamaño bastante inferior al natural, quizá inferior a un metro, seguramente de finales del siglo XVI o principios del XVII, época en la que se fundaría la hermandad de los hortelanos (1).
La Hermandad de la Resurrección tuvo que tener cierta prosperidad, pues
entre los años finales del siglo XVI y los primeros del XVII, sus hermanos elevaron cerca de
la Abadía del Sacromonte una cruz de piedra, de las muchas que en el lugar
fueron levantando los gremios y cofradías de la ciudad, en esos años de auge
devocional por el hallazgo de las reliquias sacromontanas. La referida cruz se
erigió en la zona más alta del monte, entre la iglesia y la entrada a las catacumbas
del Sacromonte (2).
La hermandad logró perdurar durante más de dos siglos, pues en el informe que el Arzobispado pide en 1769 a las parroquias sobre el estado de las cofradías, ésta aún permanecía con cultos. Posiblemente subsistiera hasta la invasión napoleónica de la ciudad en la que se incautó el convento y expulsó a las cofradías por necesidades bélicas. Quizá en las fechas de la exclaustración de Mendizábal (1835) la hermandad ya no existía,
pues quedaron en la iglesia del convento, sin trasladarse a otros lugares, las
imágenes que eran propiedad de las cofradías o de particulares y esta del
Resucitado sí había sido trasladada a la iglesia de San Matías.
También, existía una imagen del Cristo Resucitado de la hermandad del Santo Entierro y Nuestra Señora de las Tres Necesidades, que antes se ha citado, como cofradía que realizaba también una procesión de Resurrección el Domingo de Pascua, según prescribían sus reglas: "(...) esta hermandad a de
ser de sangre y disciplina, la qual a de salir el Biernes Santo, llevando el
santísimo Sepulcro para açer el entierro y demás de esto a celebrar la Santísima
Resuriçión el primero día de pascua (...)".
Dicha imagen se veneraba en el retablo que tenía la hermandad en la iglesia de San Gil en una hornacina lateral, pues la calle central del retablo la ocupaban Nuestra Señora de las Tres Necesidades, en la hornacina superior y en la inferior el Santo Sepulcro. Dicho retablo se trasladó en 1869 a vecina la iglesia de Santa Ana con las imágenes, y para acomodarlo al espacio de la capilla donde hoy se encuentra, se le tuvieron que suprimir las dos calles laterales, donde se veneraban las imágenes del Resucitado y San Juan, de tamaño inferior al natural. Estas dos imágenes desaparecieron en ese momento, sabiéndose que se donaron por decreto arzobispal de 11 de octubre de
1869 a doña Mercedes Afán de Ribera, sin que sepamos hoy su paradero (3).
Una tercera referencia histórica sobre la procesión de la Resurrección en Granada la tenemos en 1895, cuando el arzobispo don José Moreno y Mazón mandó realizar una procesión el Domingo de Resurrección. La imagen fue reservada durante el Jueves, Viernes y
Sábado Santos en la capilla de San Sebastián (posiblemente la ermita del Violón),
desde donde partió la procesión a las 6.30 con la imagen bajo palio y
acompañamiento del cabildo y hermandades, para terminar en la Catedral, donde
se celebró una misa de pontifical oficiada por el prelado.
El ancestral Señor de los Dolores convertido en Resucitado, ocupando la hornacina del retablo donde en la antigüedad estaba Nª. Sª. de las Tres Necesidades (hoy Esperanza). Foto A. Padial. |
Puede que en ese año se modificara la imagen del Señor de los Dolores de la iglesia de Santa Ana para que sirviera de Resucitado, cambiándolo cruz que llevaba en su mano izquierda por una banderola y cubriéndole las llagas de las manos, los pies y del costado. Imagen que también sirvió unas décadas más tarde, en 1929, para la procesión de Resurrección que la Federación de Cofradías y la Hermandad del Santo Sepulcro acordó realizar el Domingo de Resurrección de ese año. En la procesión participaron todas las hermandades de penitencia fundadas hasta ese momento por orden de antigüedad con sus hermanos mayores.
Esta imagen volvió a salir en los años cincuenta (a partir de 1953) del pasado siglo en el Domingo de Ramos en procesión organizada por la Federación de Cofradías, participando en ella todas las cofradías con sus respectivos hábitos. En esta etapa solo salió en dos o tres Domingos de Resurrección, tal vez por no contar la imagen con hermandad propia, debiéndose organizar y sufragar los gastos de la procesión por la Federación de Cofradías, que, al parecer, no estuvo dispuesta a proseguir con dicha organización y gastos.
También a partir de 1927 se realizaba la procesión del Niño Resucitado o Dulce Nombre (de los facundillos) el Sábado de Gloria desde la iglesia de Santo Domingo. Se hacía con la imagen, atribuible a Alonso de Mena, que se encuentra en dicha iglesia; ese día salía en aquella época precediendo a la Virgen del Rosario. El Niño del Dulce Nombre Resucitado, que hoy también procesiona el Domingo de Resurrección como titular también de la Cofradía del Señor de la Humildad en su rama infantil. Imagen de importante carga histórica por haber contado con hermandad que le daba culto desde el siglo XVII.
LA FUNDACIÓN Y PRIMEROS AÑOS
Después de la crisis de las cofradías granadinas, que culminó a mediados de la década de los años setenta del pasado siglo, se produjo una reacción para recuperar la Semana Santa granadina en los años ochenta, fundándose doce nuevas hermandades, entre ellas, esta del Señor de la Resurrección en el populoso Barrio del Zaidín.
El proyecto de fundar una hermandad de Resurrección de la que carecía Granada nace en el Domingo de Ramos de 1985, cuando dos de sus fundadores Fernando Olmos Álvarez y Antonio Cappa regresaban de ver la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, les movió el deseo de fundar una hermandad de Semana Santa sin tener demasiado claro a qué misterio pasionista tributarían culto. Le comunicaron la idea a José Pedro Rojas Mesa, directivo de la Hermandad de la Aurora, de la que sería hermano mayor y titular de una cafetería en el Barrio del Zaidín, que les presenta a Guillermo Ruiz, presidente de Caritas de la parroquia zaidinera de San Miguel Arcángel. A éste le comunican en una reunión en la Pastelería "Mari Toñi" que deseaban encontrar iglesia para sede de la hermandad futura y los pone en contacto con el párroco de dicha iglesia, don José Antonio Ortega, que acepta la idea y les propone que se de culto al misterio de la Resurrección de Jesucristo y solicitaron la licencia del Arzobispado el día 26 de abril de 1985.
En dicha parroquial, que hacía diez años que se había fundado en aquella zona de expansión de la ciudad, en los bajos de una casa de la Plaza Fontiveros con calle Primavera, se le habilitó a la nueva cofradía un altar para venerar a la imagen titular. El párroco don José Antonio realizó una labor de captación de cofrades entre la feligresía y pronto se reúne un grupo de personas muy activas en llevar a efecto los trámites para poner en marcha la cofradía. Entre dichas personas estaban: Vicente Jiménez, Antonio Villalobos Morcillo, Cecilio Aguilar, Conchita Cañavate, José Cecilio Cabello Velasco, Carlos Díaz, Jesús Miñán, Jesús Morillas, Salvador Bueno, Manuel Escamilla y algunos empleados de la empresa "Merca 80".
Entre sus primeros actos estuvo el encargo de una imagen de Jesús de la Resurrección. Para ello, se realizaron algunas entrevistas con el escultor Antonio Barbero, en las que parece que no se llegó a un acuerdo definitivo, encomendado el trabajo, finalmente, al escultor granadino Miguel Zúñiga Navarro, discípulo de Domingo Sánchez Mesa. El contacto con dicho artífice, al parecer, fue proporcionado a través de Manuel Armillas, hermano mayor de la Cofradía Universitaria, para la que Zúñiga le había realizado el Cristo de la Sangre, llegándose a un acuerdo por el precio de 600.000.-Ptas., cantidad asequible para la nueva hermandad. Dicha imagen la tenía el escultor finalizada para su bendición en 10 de febrero de 1986, ceremonia que se llevó a efecto en la explanada cercana a la parroquial, donde se iba a comenzar la construcción del nuevo templo.
Solar donde después se levantaría la iglesia de San Miguel Arcángel. Momentos antes de la bendición del Señor de la Resurrección el 10 de febrero de 1986. Foto A. Padial |
Señor de la Resurrección en su primer altar en local de la parroquia. Foto A. Padial |
Uno de los elementos o enseres procesionales más característicos y simbólicos, que desde entonces procesionará la hermandad cada Domingo de Resurrección, será el Cirio Pascual, que se situará precediendo al paso del Cristo, con el acompañamiento litúrgico del Señor. La idea de incluir dicha alegoría fue propuesta por el que sería el primer vocal de cultos de la cofradía, José Cecilio Cabello Velasco, que asimismo, junto con Concepción Cañavate, trataron de promocionar a la hermandad entre los vecinos y recabar de ellos la ayuda necesaria para impulsar la naciente cofradía.
Aprobados los estatutos por la autoridad eclesiástica el día 10 de febrero de 1986, se ratificó en el cargo de hermano mayor a Fernando Olmos Álvarez y como vice-hermano mayor a Guillermo Ruiz. Con esta base, se continuaron los preparativos para la inminente Semana Santa de ese año en cuyo Domingo de Resurrección, día 30 de marzo, la nueva cofradía realizó su primera procesión por las calles del barrio.
Ante la imposibilidad de salir el paso del Señor por la escasa puerta del local en el que, en ese tiempo, estaba provisionalmente la parroquia, se habilitó un "tinglado de lonas" entre dos bloques de viviendas, que estaban sitiados en una calle cercana (calles Madreselva y Nardos), perpendicular a la de Andrés Segovia. De allí partiría le procesión de la hermandad en aquella primera salida procesional.
Algunas cofradías habían prestado elementos para adorno del paso del Señor de la Resurrección, tales como los faroles de las esquinas, que los cedió la Cofradía de la Aurora (eran los antiguos faroles del Cristo del Perdón), al igual que la parihuela, que parece la cedió la hermandad de la Soledad. El Cristo iba sin potencias y sobre un calvario de claveles blancos con las cuatro esquinas de gladiolos del mismo color bajo los faroles, llevando como respiradero de costaleros una randa de encaje blanco, como blancos eran los faldones del paso. Los cofrades, como actualmente, vestían hábito y capillo blanco y los cargos una capa del mismo color, diseñados por Miguel Bonachera Lorenzo y cosidos por "Charo". Desde este primer año, ya participaron la señoras vestidas con la clásica mantilla, con la novedad de que al año siguiente y sucesivos en esta cofradía la llevarán de color blanco, por las razones obvias de no ser cofradía de penitencia.
Pocos enseres se habían logrado reunir en tan escaso periodo de tiempo, como la cruz y faroles de guía, el Cirio Pascual y algunos ciriales, siendo acompañada la hermandad por representaciones de las cofradías de la Aurora y de la Expiración, que apadrinaban a la nueva cofradía. Todo resultó realizado de enorme sencillez, pero con una presentación muy digna en aquella primera salida procesional, que llegó hasta la carretera de Armilla.
1986. Señor de la Resurrección en su primera salida. Foto. A. Padial |
Tanto a la salida de la cofradía, que lo hizo a las seis de la tarde, como a su regreso ya avanzada la noche un enorme gentío llenaba la plaza de Fontiveros, donde se prendieron fuegos artificiales antes de encerrarse la imagen en el tinglado de donde había salido.
La cofradía durante el siguiente año va a realizar otros enseres, como el guion, banderas, faroles y el Sepulcro bajo los pies del Cristo, que también lo realizará en 1987 Miguel de Zúñiga y con él procesionará ese año, en el que la cofradía alargará su itinerario para acercarse al centro de la ciudad, cruzando el Puente Romano sobre el río Genil, llegando al Humilladero y a la Carrera de la Virgen, para hacer estación en la Basílica de la Patrona, la Virgen de las Angustias.
1987. Paso por el Puente del Genil para llegar a la Basílica de las Angustias. Foto A. Padial Bailón |
El siguiente hito a cumplir por la hermandad fue el encargo a Miguel Zúñiga de una imagen mariana a la que venerar, que tuvo el autor finalizada para la Cuaresma de 1988, bendiciéndose por el coadjutor, don José López, el día 6 de marzo de ese año con la advocación de Santa María del Triunfo. Este título estaba muy ligado a la tradición devota granadina, pues el 2 de septiembre de 1618 la ciudad acordó erigir un monumento a la Inmaculada Concepción en el Campo de la Merced, cerca de la Puerta de Elvira, en forma de Triunfo Romano, es decir, una columna tallada, sobre la que se eleva la imagen de la Purísima Concepción. Dicho monumento del Triunfo y la imagen de la Inmaculada sobre él, fueron realizados por el escultor granadino Alonso de Mena y otros artistas, siendo Granada la primera ciudad española en reconocer el misterio de la Inmaculada Concepción de María, jurando defenderlo.
A raíz de aquel reconocimiento inmaculista, surge una hermandad de Nuestra Señora del Triunfo, fundada hacia 1645, durante el pontificado de don Martín Carrillo de Alderete, que tuvo su sede en el Convento de Nuestra Señora de la Merced Calzada y Redención de Cautivos, situado junto a la iglesia de San Ildefonso. El monumento ha tenido a lo largo del tiempo varios emplazamientos, siempre dentro de la aquella zona de la ciudad; al último, que es donde hoy se encuentra, fue realizado en los años cincuenta del pasado siglo, presidiendo la gran plaza del Triunfo.
La imagen de Santa María del Triunfo, cuya advocación fue sugerida por Cecilio Cabello (vocal de cultos) (4), fue bendecida por el coadjutor de la parroquia, don José López López, el día 6 de marzo de 1988 y la hermandad zaidinera la procesionaría en paso de palio por vez primera el Domingo de Resurrección de ese año, pero la procesión tuvo que suspenderse por la lluvia, sin completar el recorrido. También, se estrenaba la imagen del Ángel, que acompaña al Señor en su salida del sepulcro, realizada asimismo por Miguel Zúñiga.
La Virgen, no obstante, había sido procesionada por el barrio, visitando las hermandades del mismo (Lanzada, Redención y Trabajo). Aquella salida procesional de la Virgen se hizo con motivo de la protesta ante la posible supresión de la festividad de la Inmaculada Concepción, advocación intrínseca a la propia imagen de Santa María del Triunfo. En dicha procesión la llevaron, alternándose, las distintas cuadrillas de costaleros de dichas hermandades del barrio.
Santa María del Triunfo el día de su bendición. 1988. Foto A. Padial |
Resurrección y Ángel. Foto A. Padial 1992 |
Aquel año de 1988, se estrenaban por la cofradía unos respiraderos y faroles para el paso del Cristo, la losa del Sepulcro y dos estandartes y báculos para los mayordomos, que habría que esperar a verlos en la salida procesional de 1989. La cofradía pronto logró reunir un considerable número de cofrades, más de setecientos, lo que mostraba el interés por la nueva hermandad de aquella zona de Los Vergeles.
En esos primeros años el orfebre que realizó los enseres, como la cruz de guia, los faroles en orfebrería dorada o el cirio pascual fue Manuel Martínez Moreno, realizando la corona de salida de la Virgen con baño de plata el orfebre granadino Manuel Martín. También, el orfebre sevillano Manuel de los Ríos, le labró la barra repujada del Simpecado, bordado en hilo de oro, que se estrenaría en 1989.
Ese año 1989, sería el primero que realizaría su paso por la tribuna oficial en la tarde de aquel Domingo de Resurrección, integrándose, a partir de 1990, como miembro de la Federación de Hermandades y Cofradías, realizando su presentación las cofradías de la Aurora, Expiración y Redención (Salesianos). Santa María del Triunfo procesionaba por vez primera en un sencillo paso de palio blanco, con caídas de encaje blanco y respiradero de randa, también de encaje de dicho color. Iba alumbrada la Virgen con setenta candeleros de metal plateado, así como, los varales delgados con pequeños nudos.
Una saya bordada en hilo de plata vestía la Virgen en esa primera salida procesional, así como, un manto sin bordar color blanco, siendo acompañada ese año por más de ciento cincuenta señoras, vistiendo la mantilla, con la singularidad de que sus encajes eran, asimismo, blancos, expresando de este modo la fiesta gloriosa de la Resurrección del Salvador.
No escatimó la hermandad en ofrecer en su procesión un brillante acompañamiento musical formado por tres bandas: la de la Lanzada, abriendo la procesión; la de la Cruz Roja de Sevilla y la de Nuestra Señora de la Estrella de Ayamonte. La cofradía regresó a su sede de partida ya de madrugada, donde fue recibida por numerosos vecinos con gran alborozo y el encendido de fuegos de artificio, como ya venía siendo costumbre. El Zaidín se había convertido en esos años en un barrio cofrade con cinco hermandades con sede al otro lado del río Genil: la Redención, la Lanzada, la Resurrección, la del Cristo del Trabajo y Virgen de la Luz y la Expiración (Escolapios). Esta última, fundada en 1935, era la única que tenía su sede al otro lado del río, antes de que existiera el hoy populoso Barrio del Zaidín.
1989. El primer paso de palio de Santa María del Triunfo. Foto A. Padial Bailón |
El itinerario hacia el centro de la ciudad se realizó por las calles de Andrés Segovia y Manuel de Góngora, hasta el río Genil y Carrera de la Virgen, llegando a la tribuna, entonces en la Plaza del Carmen, por Plaza de la Mariana, San Matías y Navas, y a la Catedral por Bibrambla y Pescadería. El regreso lo hizo por Alhóndiga y Puerta Real, hasta el Puente Romano, volviendo por Manuel de Góngora y Andrés Segovia.
La hermandad en la calle se fue haciendo más completa en 1990, estrenando ese año unos respiraderos de traza rectangular para el paso del Cristo, realizados en madera con cartelas en color caoba y traza barroca, mezcladas con repujados en orfebrería dorada, obra de Francisco Alcalá Romero. Ya será estos años Manuel de los Ríos el orfebre que surta a la hermandad, para la que hizo una peana a la Virgen del Triunfo, varas de estandartes, mayordomos y cruz parroquial, así como dos ciriales.
A la Virgen se le realizó ese año un respiradero en ebanistería, para suplir la randa de encaje que hasta ese momento había llevado, y un obsequio se le hizo por unos cofrades, que llevará la imagen en sus salidas procesionales, consistente en una azucena de oro, como símbolo de su Concepción Inmaculada.
En aquellos años era usual adornar los pasos de palio con enormes centros de gladiolos y clavel en las cuatro esquinas del paso e, incluso, que a lo largo de la estación procesional se le fueran incorporando ofrendas consistentes en ramos de flores envueltos en papel de celofán, que se colocaban en el paso.
Santa María del Triunfo en 1990. Estreno del primer respiradero en ebanistería. Foto A. Padial |
Aquel año de 1990 la hermandad contrató a la banda de cornetas y tambores de la Buena Muerte de Ayamonte (Huelva) y a la de la Cruz Roja de Sevilla, al igual que el año anterior y parece que suprimió la banda de cabecera.
Cada vez que la cofradía pasaba, a la ida y al regreso, por delante de la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, Patrona de Granada, realizaba estación ante dicha basílica, siendo uno de los lugares recomendados para ver la procesión, así como, su paso por el Puente Romano del río Genil, donde se encendieron bengalas y hogueras en el lecho del río.
Para la Semana Santa de 1991 se cambiarían los doce varales del palio de la Virgen por otros nuevos de orfebrería repujada, realizados en Sevilla por el orfebre Brihuega, que también hizo ese año las jarras entrevarales y la imagen lució una toca de sobremanto bordada en hilo de plata por las monjas dominicas de Alcalá la Real.
La Virgen se adornó con aquellos clásicos ramos de gladiolos y claveles blancos en esquinas y jarras del paso, claveles que también formaban el friso en todo el rededor de la parihuela. El Señor de la Resurrección y Santa María del Triunfo marcharon ese año con los acordes de las bandas del Cristo de la Buena Muerte de Ayamonte, la del Dulce Nombre de Marchena y la del Maestro Ripoll de Granada.
Después de varios años en obras, la parroquia de San Miguel Arcángel sede de la cofradía, pudo inaugurar la nueva iglesia parroquial, en cuyo solar, como dijimos, había sido bendecida la imagen del Señor de la Resurrección. El nuevo templo fue bendecido el día 16 de febrero de 1992, comenzando la ceremonia con el traslado procesional del Santísimo, portado por el Arzobispo don José Méndez Asensio, quien lo entregó al párroco don José Antonio Ortega. A ambos lados del presbiterio se habían colocado las imágenes del Señor de la Resurrección y de Santa María del Triunfo en sendos altares, lugar que desde entonces han ocupado. Dicho presbiterio lo presidía una imagen del Crucificado de la Agonía, que había realizado Miguel Zúñiga, autor de los titulares de la hermandad (5).
La misa de la bendición concelebrada por el vicario y antiguos párrocos y coadjutores, en la que estuvieron presentes muchos cofrades y vecinos del barrio, que llenaban el templo, revistió gran solemnidad. En ella actuaron el coro parroquial y una banda de música de aquel barrio.
El nuevo templo de hechura moderna no contaba con una puerta adecuada para la salida procesional de los pasos, por su escasa dimensión. Parece que la cofradía había manifestado su protesta por esa circunstancia, sin resultado alguno relativo a la modificación del proyecto en ese sentido. El resultado fue una enorme dificultad para salir los pasos de la nueva iglesia, desde donde lo hicieron ya en la Semana Santa de 1992, en la que se tuvieron que bajar a tierra los pasos y arrastrar hasta el exterior por parte de los costaleros, parece que mediante una ruedecillas colocadas a la altura de los respiraderos.
Un gran avance se apreció en el paso de palio de Santa María del Triunfo en aquella Semana Santa de 1992; se habían realizado unos respiraderos de orfebrería plateada por parte del orfebre sevillano Brihuega, autor también de los varales y jarras, que se estrenaron al año anterior. Asimismo, se empezó a bordar el palio, estrenándose las bambalinas del frontal y de la parte trasera, obra de bordado en hilo de plata, realizada sobre malla por las monjas de Alcalá la Real, según el diseño de Miguel Zúñiga, autor de las imágenes.
También se apreció ese año un cambio en el exorno floral del paso de la Virgen, consistente en una disminución del tamaño de los ramos de las esquinas y la utilización de orquídeas y gladiolos en tono amarillento, completaban el adorno floral unos ramos de cera en las "marías" que flanquean la imagen, que ya se le habían puesto en el año anterior.
En el año 1994, hubo cabildo de elecciones a hermano mayor con la única candidatura presentada por el Fernando Olmos Álvarez, que resultó reelegido para el cargo por segunda vez, con lo que cumplía ocho años al frente de la hermandad. Durante sus mandatos se había prácticamente transformado la estética de la procesión de la cofradía, siguiendo este proceso en los siguientes años, especialmente para completar el paso de palio de Santa María del Triunfo, que se complementaría en las capillas del respiradero con imágenes, como la de Nuestra Señora de las Angustias, en la del frontal, y en las laterales las de San Juan de Dios y San Cecilio, y otros detalles, como los ángeles incensarios realizados por dicha orfebrería sevillana .
Asimismo, se había avanzado en las tareas de bordado de las bambalinas del palio por parte de las dominicas de Alcalá la Real, terminando de bordar las laterales en 1994, rematándolas con un bello fleco de los llamados de "bellota", todo ello en hilo y elementos plateados. También en ese año se cambiarán los ramos florales de las jarras por el estilo de "bola" de claveles blancos y se le añaden ramos de cera a las jarritas delanteras.
Detalle del frontal delantero. Foto A. Padial |
La evolución de los pasos y de la cofradía en la calle se venía observando año a año en la estación gloriosa. Las normas y las exigencias de las comisiones de arte y ornato no eran tan rígidas entonces como lo son en la actualidad; hoy una nueva hermandad no podría procesionar por el itinerario oficial hasta que el conjunto de pasos y enseres no tuviera la estética y calidad adecuada al resto de las hermandades que procesionan por la carrera oficial, debiendo, mientras tanto, procesionar solamente por el barrio o zona de la ciudad donde tuviera su sede.
En la última década la altura en la presentación de las cofradías en sus estaciones de penitencia es tan elevada, que una hermandad habrá que pasarse algunas décadas procesionando por su barrio antes de autorizarle a que lo haga por la carrera oficial.
Dedicados los esfuerzos económicos de estos años noventa a completar el paso de palio en 1995 la Virgen lucirá unos candelabros de cola de orfebrería y tulipas de guardabrisa, que en la base llevan en orfebrería figuras de acólitos con incensarios y otros con dalmática y cirial. Todo ello se había realizado, también, en los Talleres de Orfebrería Brihuega, instalados en el Barrio de la Macarena de Sevilla, así como, las jarrillas delanteras del paso.
Asimismo, una banda de música surgirá en 1993 al amparo de la hermandad y con el nombre de Santa María del Triunfo, dirigida por el Maestro José María Ripoll, que después en 1994 se hará banda de cornetas y tambores. Hasta aquel momento, varios años la hermandad había contratado corporaciones musicales foráneas, venidas de Sevilla y Huelva, y que cada año acompañaban a la cofradía.
Detalle de la base de los candelabros guardabrisas. Foto A. Padial |
La cruz de guía se restauró y enriqueció para la Semana Santa de 1996 por el granadino Manuel Martín Álvarez, imprimiéndole un baño de plata y sobredorando los remates de los brazos y el escudo de la hermandad. Asimismo, se le realizaron a la cofradía cuatro ciriales y faroles de acompañamiento del mismo artesano, que se estrenarán en 1997. También se completan con una base de adornos de orfebrería los candeleros delanteros, que portan ramos de cera.
La Semana Santa de 1996 después de algunos días en los que la lluvia deslució las procesiones, el Domingo de Resurrección la mejoría en el tiempo permitió que se realizaran con normalidad las procesiones de Resurrección de ese día. Hasta cinco se celebraron: tres por la carrera oficial (Resurrección, Resucitado y Dulce Nombre, y dos en los barrios, realizadas por asociaciones parroquiales, una en el Barrio de Almanjáyar y otra en el Albaicín, en la parroquia del Salvador.
Ese año la hermandad renueva sus reglas, aprobadas el 20 de septiembre de 1996, para adaptarlas al Estatuto Marco que el Arzobispado había decretado para la hermandades y cofradías de la diócesis granadina. Asimismo, la cofradía había afianzado su programa de cultos y actividades culturales, tales como una revista, llamada "Resurrección y Triunfo", un pregón anual, y conciertos de música, ejercicios espirituales de Cuaresma, la función principal por la mañana del Domingo de Resurrección, misas mensuales los terceros domingos de cada mes y Función de la Inmaculada Concepción el día 8 de diciembre, dedicada a la Virgen.
En 1997 se celebró el cabildo de elecciones a hermano mayor, eligiéndose a Andrés Faustino Portero Pérez para dicho cargo, que venía a sustituir a Fernando Olmos, que había desempeñado dicha responsabilidad durante once años, desde la fundación de la hermandad.
A partir de 1997 la hermandad, que había dedicado los últimos años a enriquecer el paso de la Virgen del Triunfo, empieza a proyectar un nuevo paso para el Señor de la Resurrección en madera de pino rojo. El encargo se hizo al taller de talla y ebanistería del granadino Francisco Alcalá Romero con establecimiento frente a la ermita de San Sebastián, en el Violón. También, intervinieron los tallistas y ebanistas de dicho taller, Peña Fernández, Cabello Soriano y los ebanistas Moreno Carbonero y Bueno de la Torre.
La primera fase se estrenaría para la Semana Santa de 2000, año en el que se permitió por el Arzobispo don Antonio Cañizares Llovera entrar a las cofradías en la Catedral. El estreno consistía en el respiradero tallado sin dorar y dos soldados romanos derribados y en actitud sorprendida y aturdida, realizados por Miguel Zúñiga Navarro, que forman parte del Paso de Misterio de la Resurrección, que la hermandad se proponía completar en los siguientes años. También, los cuatro candelabros de guardabrisas de las esquinas del paso en ebanistería sin tallar. Ese año, se le suprimiría al paso de forma definitiva el sepulcro, del que simulaba salir, y que había mostrado desde los primeros años de la hermandad.
Paso nuevo del Señor de la Resurrección ante la Basílica de las Angustias. Foto Antonio Guzmán Úbeda |
Pero un suceso luctuoso va a ocurrir en el mes de 15 de junio de ese año 2000 y fue el incendio producido en las dependencias parroquiales donde se guardaba enseres de la cofradía. La rápida acción de los bomberos y hermanos evitó que el incendio adquiriera mayor envergadura, pero no que se perdieran las bambalinas del palio de la Virgen, que habían bordado las monjas dominicas de Alcalá la Real.
También, se perdieron algunos enseres importantes, como el Simpecado e importantes deterioros en varales, faroles, báculos, hábitos, brazos de cola...etc., que hubo que restaurar, resultado todo ello una importante pérdida, valorada en más de 25 millones de pesetas.
El gran esfuerzo de la Junta de Gobierno de la Hermandad y hermanos hizo que se intentara recuperar lo mejor posible el paso de la Virgen para la Semana Santa de 2001, restaurándose la orfebrería, pero Santa María del Triunfo, tuvo que salir sin palio ese año, aunque su Simpecado pudo ser restaurado por el bordador sevillano García Poo.
En las elecciones a Hermano Mayor, celebradas al finalizar el año cofrade se elige para dicho cargo a José Paniza Fernández, al cumplirse los cuatro años de mandato fijados por el Estatuto Marco, para celebrar cabildo de elecciones. Como Vice Hermano Mayor se nombró a José Calos Fenoll Martín, que en estos años desempañaba el cargo de Diputado Mayor de Gobierno, que seguirá manteniendo. Asimismo, vestirá la imagen de la Virgen, Margarita Pérez Martínez, que lo venía haciendo los años anteriores.
Restaurados también los varales del palio, el Domingo de Resurrección de 2002 la Virgen del Triunfo vuelve a salir con ellos, sosteniendo ya al nuevo palio, casi finalizado, que la hermandad había encargado, después del incendio, al bordador sevillano García y Poo. Este artífice había realizado la obra en hilo de plata sobre malla, manteniendo el diseño, aunque enriquecido, del palio anterior desgraciadamente perdido.
Se realiza para 2003 la toca de sobremanto por el taller de bordado de García Poo, siguiendo el estilo de los bordados del paso de palio, es decir, realizándolo en malla con hilo de plata. También, bordaría este taller una nueva saya para la salida procesional, obra que marcaría el final de proceso de recuperación de lo destruido en el incendio del año 2000. Pero aquel Domingo de Resurrección de 2003 no se pudieron ver esas novedades porque después de una Semana Santa lluviosa en la que solo pudieron salir 17 cofradías, ese domingo se presentó con una tarde lluviosa, que hizo suspender las dos procesiones de Resurrección.
Tampoco fue un tiempo exento de lluvias el de la Semana Santa de 2004, pero ciertamente el Domingo de Resurrección se presentó soleado y espléndido, pudiendo realizar la cofradía su estación a la Catedral. Mucha gente acompañó a la hermandad a su regreso a los Vergeles´, donde el barrio entregado la recibió, pasada la madrugada.
También, se decidió llevar a efecto la realización del canasto de paso del Señor, rompiendo la estética o estilo de líneas rectas del respiradero, imprimiendo, en contraste, a esa zona alta del paso un carácter más abombado, esperando que se pudiera estrenar, al menos en ebanistería, para la Semana Santa de 2005.
En 2005 se abría la esperanza a solucionar el problema que representaba la salida de los pasos por las dimensiones escasas de la puerta del templo, llegándose a un principio de acuerdo entre la hermandad y el párroco. El inhumano esfuerzo de los costaleros para lograr la salida de los pasos exigía una solución inmediata que en ese año parecía solucionarse, aunque había que cumplir las autorizaciones y las correspondientes licencias para realizar una puerta de suficientes dimensiones para realizar por ella una digna salida procesional de los pasos. Ello señalaría el comienzo de las obras para la realización de dicha puerta, aunque habría que esperar a 2006 para su finalización.
2005. Tacho del palio de García Poo y gloria de la "La Egipcia". Foto A. Padial |
Volvían a tocar elecciones ese año 2005, resultando una nueva continuidad, al resultar reelegido José Paniza Fernández. Lo seguía acompañando como Vice Hermano Mayor José Carlos Fenoll. Otros componentes de la Junta serían: Salvador Fenoll Castillo, como Secretario; Vicente Romera Navarro, como Vice-Secretario; Jesús Ferrer López, como Ecónomo; Enrique Jiménez García, como albacea y Antonia Lozano Roldán. como Camarera Mayor. Los vocales: Jesús Padial Carrasco, Guillermo Ruiz Martínez, José Jiménez Pérez, Jorge Heredia Castillo, Santiago Bueno Rejón, Julio Morales Merino, Raul Fernández Morales, Carmen Pérez García, José M. Ceballos Sánchez, Miguel Gutiérrez de Diego y Eva Valladares Medías. Siendo Consiliario el Padre Daniel Ubago Ibáñez (5).
Por fin, la gran aspiración de los hermanos, vecinos y cofrades granadinos se había cumplido: para la Semana Santa de 2006 la iglesia sede de la cofradía lucía nueva puerta lateral de suficiente altura y anchura, dando a la calle Primavera (aunque se había barajado la posibilidad de abrirla por el lado opuesto). Los pasos y toda la hermandad salió por allí el Domingo de Resurrección de ese año, ante un numeroso público que abarrotaba la ancha calle. Ese mismo día, 16 de abril, el Arzobispo don Javier Martínez bendijo la nueva puerta, momentos antes de salir la procesión.
Además, vino a ser, como nos tenía acostumbrados la hermandad en los últimos años, un día de novedades: al paso de misterio del Señor de la Resurrección se le añadió la nueva figura de un centurión romano erguido, con capa y casco con plumero blanco, en la parte delantera del paso y en actitud deslumbrada por la Luz del Señor, obra de Miguel Zúñiga. Por esta nueva circunstancia se modificó la situación de los otros soldados romanos y uno de ellos pasó a la parte trasera del paso, quedando dos en la delantera y el Cristo en zona central del mismo.
2006. Primera salida de los pasos por la nueva puerta de la iglesia de San Miguel Arcángel. Fotos A. Padial |
Todo es luz y resplandor en esta hermandad del Domingo de Pascua: la blancura de su cortejo con el fulgor de sus hábitos; el brillo de sus insignias de plata y sus terciopelos blancos bordados en oro. Después la antorcha de la Resurrección que nos trae Cristo en el primer paso, llevado por sus costaleros en andar acompasado y rotundo, al son de la música de la Banda del Despojado granadino, cuyos plumeros blancos se mecían en la brisa vespertina. Finalmente, para colofón de toda la belleza, aparece Santa María del Triunfo meciéndose en las marchas procesionales, pasa como un destello de platas, que no lo consigue eclipsar el níveo albor de los ramos de cera y los capullos de flor, sino que lo potencian. Todo ello, logra inducirnos al gozo de la Resurrección.
Ese año y los siguientes, una vez recuperado el paso de la Virgen por los daños sufridos, se retoma la idea de finalizar el paso del Jesús de la Resurrección con el comienzo del dorado del canasto por el sevillano Manuel Calvo Camacho, que se nos ofrece en la Semana Santa de 2008. También, se realizan sus cuatro cartelas de las esquinas por Encarnación Hurtado Molina, escultora de Utrera, consistentes en la aparición de Jesús a la Magdalena, a Santo Tomás, a San Pedro, mientras pesca en el mar de Galilea, y a los discípulos camino de Emaús. Solo deslucía aquel esplendor dorado los candelabros guardabrisas de las esquinas, algo toscos y sin terminar, que poco tiempo después serían cambiados.
2008. Resurrección de dorado del Paso. Foto A. Padial |
No obstante, no se olvidaba por la Junta de Gobierno mejorar el paso de la Virgen, aprobándose en un cabildo la hechura de un manto de salida bordado en hilo de plata con algunos elementos en hilo de oro sobre tela de tisú, que se realizaría por el taller de García Poo, según diseño del por entonces jovencísimo granadino, Álvaro Abril, hoy reputado artista reconocido en toda Andalucía y fuera de ella. Sin embargo, no sabemos las circunstancias por las que hoy, dieciséis años después no se ha efectuado dicho manto.
Nuevas elecciones a hermano mayor se celebraron en 2009 para las que se presentaron dos candidaturas, para suceder a José Paniza Fernández, que ostentó en cargo por reelección en dos elecciones, resultando en esta ocasión elegida Hermana Mayor por vez primera en esta hermandad una mujer, Eva Valladares Medía. Cofrade de la corporación desde su fundación, manifestó desear continuar los proyectos que estaban en ejecución en esos momentos e impulsar el espíritu de hermandad y espiritualidad de la cofradía.
Para el Domingo de Resurrección de ese año se doró el respiradero y parte del friso de remate del mismo, aún quedará también sustituirle los guardabrisas realizados en principio, que no presentan la estética que le corresponde al paso.
A raíz de la colaboración con la cofradía de Álvaro Abril para el diseño del manto de la Virgen, las relaciones se harán más continuas porque también este artista será el vestidor de la imagen, que sustituirá a Fernando González.
En la Semana Santa de 2010 la hermandad se nos presentó con el paso del Cristo casi completo en la fase de su dorado. Se había finalizado el de su respiradero totalmente y el frontal y el y trasero del friso bajo, quedaban los laterales de dicho friso que se terminarán de dorar en 2011. Asimismo, se le añadieron en 2010 seis nuevos candelabros de guardabrisas, los de las esquinas y laterales, aún sin dorar, que había realizado en Sevilla el tallista Antonio Ibáñez y que dorará después el hispalense Manuel Calvo.
Ese año volvió a tocar para la cofradía la banda de cornetas y tambores de Jesús de las Tres Caídas de Granada, en el paso del Señor, marchando a los sones de la Banda de la Esperanza de Córdoba el paso de la Virgen del Triunfo. Ambas imágenes fueron llevadas ese año 2010 en la modalidad de costal, para lo que se reformaron las trabajaderas de ambos pasos, para ponerlas en sentido transversal, que exige dicha modalidad del costal, que se estaban imponiendo en todas las hermandades, abandonando la modalidad granadina de llevar los pasos a hombro. Con el costal se aumentó el número de costaleros de ambos pasos (70 para el paso de Cristo y 55 para el de la Virgen), lo que permitía realizar cómodos relevos.
Enormes petaladas le ofrecían a la Virgen del Triunfo en diversos lugares de la ciudad, especialmente en las calles de su barrio, entusiasmando el movimiento a costal de los pasos muy bien dirigidos en ese tiempo por Alberto Ortega, como capataz general, y Julio Morales Merino más otros ayudantes: Enrique Muñoz, Manuel García; Javier Porcel, Salvador Fenoll, Gonzalo Ortega, Manuel C. Lozano y Manuel Eleuterio, que se turnaban durante el largo trayecto del itinerario.
Una nueva decepción proporcionó la lluvia el Domingo de Resurrección de 2011 a los hermanos, vecinos y granadinos en general. Las procesiones de la mañana (Dulce Nombre y Resucitado de Regina) pudieron salir para realizar sus recorridos procesionales, pero la tarde se tornó gris de nubarrones, que no se hicieron esperar para descargar sus chaparrones. La procesión hubo de suspenderse y se abrieron las puertas del templo para que la gente visitara a las imágenes y admirara sus pasos. Debido al incidente meteorológico tampoco pudo la hermandad pasar por el nuevo itinerario oficial con la tribuna principal instalada definitivamente en la calle Ganivet en vez de en la Plaza del Carmen, como era habitual.
Pero para ver en la calle al Señor de la Resurrección no se tuvo que esperar al año siguiente. En 2011, se celebraba el XXV Aniversario de la fundación de la hermandad, celebrándose diversos actos religiosos y culturales, que culminaron con una salida extraordinaria del Señor de la Resurrección, que recorrió las calles del barrio Zaidín-Vergeles el día 4 de junio de dicho año.
2011. Paso finalizado de dorar, excepto candelabros. La lluvia impidió la salida de ese año Foto A. Padial. |
Santa María del Triunfo presidió la Vigilia de la Inmaculada en diciembre de 2011. La imagen fue elegida al conmemorar su hermandad el aniversario de su fundación y su advocación se refiere al "Triunfo de la Inmaculada Concepción de María", como antes hemos referido. La imagen fue llevada a la Catedral en las andas de la Virgen de los Ángeles del Realejo (hoy se venera en la capilla del Santo Ángel Custodio) el día 6 de diciembre con un cortejo de 38 parejas de hermanos con cirio y representaciones de la Federación de Cofradías y de distintas hermandades de penitencia. Las andas lucían con dos de los candelabros guardabrisas del paso del Señor ya finalizados de dorar. En la Catedral permaneció hasta el día 8 para estar presente en los cultos a la Inmaculada con motivo de su festividad.
Con una Semana Santa en 2012 en la que solo pudieron salir quince hermandades, porque la lluvia había impedido o deslucido el resto de ellas, dio una tregua al Domingo de Resurrección, y la hermandad salió gloriosa y más esplendida que nunca, quizá en compensación de que en 2011, tuvo que quedarse en su templo. El paso de la Virgen iba adornado de forma inusual y original con flor mezclada en la que se combinaban en tonos pastel las rosas con calas, orquídeas, rosas blancas y algunas manzanas, incorporando la fruta al adorno, todo ello con toque de flores con esquinas formando pináculos, al igual que las jarras, mezclado todo con toque de florecillas de pitiminí.
Pero una aspiración importante desde hacía algunos años se intentó materializar en la Semana Santa de 2013: fue el paso de esta hermandad de la Resurrección y de la del Resucitado de Regina Mundi (esta lo había hecho ya en 2010) a realizar sus procesiones en la mañana del Domingo de Resurrección, dejando las salidas procesionales vespertinas, que desde su fundación habían estado realizando. Todo estaba preparado aquel Domingo de Resurrección por la mañana, pero unas intermitentes trombas de lluvia determinaron que la hermandad no pudiera realizar su procesión, como no lo hicieron las otras procesiones de Resurrección. Habría que esperar a 2014.
Aquella Semana Santa de 2014 fue la mejor en cuando a temperatura y ambiente desde hacía bastantes años. Todas las cofradías pudieron hacer sus estaciones de penitencia con gran esplendor, solo se vieron afectadas las del Domingo de Resurrección, a las que inesperadamente se les presentó la lluvia, aunque esta del Zaidín-Vergeles llegó al centro de la ciudad aquella mañana, cuando pasaba por la tribuna principal de la calle Ganivet comenzó a llover y tuvo que aligerar su marcha para refugiarse en la Catedral Metropolitana.
Dos candelabros de guardabrisas, los traseros, se mostraban ese domingo ya finalizados de dorar y el sevillano Manuel de los Ríos había restaurado el plateado de las jarras del paso de Santa María del Triunfo. Se pudo admirar esta procesión, dando una nueva dimensión festiva y gloriosa a la mañana de Resurrección, junto a la procesión infantil del Niño Jesús del Dulce Nombre "Facundillos". Desde entonces, la mañana de dicho domingo se ha visto ensalzada por las tres procesiones gloriosas de la Pascua de Resurrección, que han convocado a mayor número de granadinos para presenciarlas.
Ambos pasos de la cofradía se mostraban completos mediada la segunda década del de este siglo XXI y con cierta magnificencia en cuanto a enseres y pasos, a pesar de la interrupción pasajera que supuso el incendio del año 2000, del que la hermandad ya había repuesto. Siempre ha arrastrado hasta su templo en los Vergeles a gran número de granadinos, especialmente a cofrades, para despedir al último palio de la Semana Santa de Granada en la madrugada del Domingo de Resurrección, como lo hace en estos años en su gloriosa mañana.
En el año 2016 se realiza para la Virgen una saya procesional nueva de seda blanca, en la que se aplican los bordados en plata de un frontal de altar del siglo XIX de estilo modernista francés. También, es necesario ese año redimensionar el paso de palio para darle mayor envergadura, realizándose por ello una nueva parihuela, que le imprimen un aspecto más espectacular. Dentro del exorno floral, esta hermandad nos tiene acostumbrados desde hace algún tiempo a presentar cada año una variedad floral de exquisito gusto y combinación original, siempre empleando coloridos suaves y de escasa estridencia.
Ya hacía tiempo que se habían suprimido aquellos centros florales que se colocaban en las esquinas del paso, sobresaliendo de ellos los largos gladiolos o claveles. Dichas esquinas se achatan en su flor, volviéndolas tupidas, eligiendo formatos pequeños. El Cristo llevó en 2016 flor roja de diversas especies y fruta poco utilizada en este paso (rosas, calas, anthurium y manzanas rojas). También, el Cirio Pascual, que va delante del paso, llevaba una base de flor roja.
En 2017 la hermandad sigue perfeccionando detalles en su cortejo procesional y se estrena una media luna de plata cincelada, como corresponde este elemento simbólico a su condición advocativa de Triunfo de la Inmaculada Concepción. La pieza, que va a los pies de la imagen es una realización basada en el diseño de Álvaro Abril Vela, vestidor de la Virgen. Esta media luna, rematada en sus esteremos por dos estrellas, dividida por mitad en dos campos; el superior donde se marca el Sinelabe Concepta, enmarcadas sus letras en pequeñas cartelas, entre las que se insertan piedras semipreciosas de aguamarinas color celeste, y el inferior entretallado orfebre de elementos vegetales barrocos, conjugándose con el de los varales del palio.
Para este paso de la Virgen se opta ese año 2017 por poner un llamativo contraste, entre el color plata y blanco del paso y el amarillo fuerte de las rosas y otras flores que lo adornaban. Una hermandad cuya priostía apuesta cada año por una sorprendente y atrevida renovación florar, que puede agradar más o menos, pero a la que no hay que negarle la valentía de la innovación, aunque siempre con buen gusto en la forma de colocar la flor.
Aquella segunda mitad de la década, salvo alguna excepción, el tiempo se presentaba de lo más idóneo para las celebraciones de Semana Santa, lo que redundaba en el esplendor de las comitivas procesionales y animaba a la gente a salir a la calle, mostrándose el centro de Granada repleto hasta el filo de la madrugada.
En el Domingo de Resurrección la ciudad desprende una luz especial, la que nos alumbra y nos deslumbra entre los resucitados. Día más sosegado, más de paseo familiar que de bulla, más de centro que de barrio, sin deambular, buscando cofradías que se nos escapan por laberintos de callejuelas, algunas intrincadas, así es parte del paisaje urbano de Granada, que le ofrece singularidad a su Semana Santa.
Resurrección 2018. Siempre el Cirio Pascual presenta el mismo exorno floral que el paso de Cristo Foto A. Padial |
El 9 febrero de 2019 se aprueba por el cabildo de la hermandad una candelería nueva, diseñada por el vocal de arte y ornato, Álvaro Abril, y que la realizará el taller de orfebrería sevillano de Hijos de Manuel de los Ríos, previéndose un plazo de ejecución de tres años. La candelería estará formada por un total de 90 candeleros de diferentes tamaños, y sustituirá la que realizó hace años Eleuterio Aragón.
Una mañana gris acompañó en 2019 a la hermandad durante su recorrido procesional el paso de palio de la Virgen, bastante completo, estrenaría dos angelotes mostrando sendos rosarios en sus manos, situados a ambos lados de la peana de Santa María del Triunfo, que la acompañarán en adelante en su recorrido glorioso por las calles de la ciudad. La hermandad seguía confiando sus imágenes al escultor Miguel Zúñiga al que encomendó la realización de dichos ángeles, que nos recuerdan según la letanía que Ella es también Reina de los Ángeles.
A pesar de la variedad de su atrevido colorido floral, colocado con igual distribución en los últimos años, no desmerece la elegancia con la que se presenta su paso, en el que este año se han retranqueado los dos ramos de cera de las "Marías", tal vez, para darle más protagonismo y menos recargamiento a la Virgen, que adquiere con ello mayor visibilidad.
También, se estrenaron en 2019 dos faroles de acompañamiento del "Simpecado" y seis violeteras, realizados en el taller de Jesús Iglesias de Sevilla, más incensarios y navetas, realizados en el taller de Hijos de Manuel de los Ríos, que siguiendo la idea de restaurar enseres con cierto deterioro por el tiempo, también se restauró por dicho talles los faroles de acompañamiento de la Cruz de Guía, del Guion Sacramental y del Cirio Pascual, así como la vara de la bandera que lleva el Señor de la Resurrección.
2019 salida de la Catedral por la Puerta del Perdón. Foto A.Padial |
En marzo de 2020 se declara la pandemia de Covid-19, con medidas restrictivas de movilidad de la población, prohibiéndose las convocatorias de colectivos y recluyéndose la población por lo que se desconvocan las salidas procesionales de la Semana Santa de 2020 y, después, la de 2021. También se aplazaron las elecciones para hermanos mayores, prorrogándoseles el cargo a aquellos que les cumplía en esos años.
Para la Cuaresma y Semana Santa de 2021 las restricciones se hacen más flexibles por los mejores datos sanitarios que se presentan y se autorizan las celebraciones y funciones religiosas presenciales, aunque con limitación de asistentes y respetando las medidas establecidas para evitar la propagación de la pandemia. Así, los cultos mensuales se reanudaron, teniendo en cuenta las citadas medidas, y la celebración de la festividad de la Inmaculada de 2020, aunque con las limitaciones de aforo establecidas, vistiéndose a la Virgen por su vestidor, Álvaro Abril, de acuerdo con dicha festividad. Asimismo, se atavió en el mes de noviembre para la celebración de los Todos los Santos y Difuntos.
Llegada la Semana Santa de 2021 se celebró el Vía Crucis del Viernes de Dolores, los cultos de dicha Semana Mayor y la Exaltación de la Resurrección en su domingo, 4 de abril, que estuvo a cargo de Manuel Amador, reconocido orador y cofrade. El día anterior se ofrecieron a la veneración pública los Sagrados Titulares de la hermandad en un artístico altar con ambas imágenes, ordenándose la asistencia de los fieles, desde las 14:30 a las 19:00 horas, con las medidas restrictivas oportunas. La Virgen vestida de blanco, como es costumbre en el Domingo de Resurrección, estando el Ángel a su lado y a sus pies la Media Luna.
Pasada la Semana Santa, la situación epidémica, con altos y bajos, se empezó a ir normalizando paulatinamente, lo que empezaba a dar esperanza de que la Cuaresma y Semana Santa de 2022 pudiera celebrarse con normalidad, como así pudo suceder.
Suavizadas las restricciones al estar gran parte de la población vacunada de covid, las cofradías comenzaron a celebrar actos religiosos y culturales, como la exposición "Kalokagatiha, belleza y maldad", sobre figuras secundarias de la Pasión de Cristo, que se llevan en los pasos granadinos, en la que la Hermandad de la Resurrección participó con la figura del soldado romano, llamado "Petronio", que va en la parte delantera del paso del Señor con el brazo alzado para evitar la luz que emana de Jesús, saliendo del Sepulcro. La exposición se celebró en diciembre de 2021 en el coro alto del Monasterio de Santa Paula.
Se celebraron los ensayos correspondientes de costaleros y contrataciones musicales para la procesión, así como los cabildos usuales de la hermandad, reparto de hábitos, pregón de la cofradía, cartel y otros prolegómenos para la celebración de cultos y de la procesión de Resurrección.
El 17 de abril de 2022, pudo salir la hermandad con el esplendor acostumbrado a recorrer las calles de su itinerario por la ciudad. El Señor de la Resurrección llevaba el paso con exorno floral con cierta uniformidad de color con calas blancas, cambiando la variedad de flor de años anteriores, marchando glorioso con los compases de la Agrupación granadina de la Estrella. La variedad floral incidió este año en la Virgen en contraste con el blanco y plata del resto de los elementos de su paso. El paso de palio llevaba marchaba con la Agrupación Sinfónica de Dos Torres de la provincia de Córdoba, que acompañará también a la Virgen en el Domingo de Resurrección de 2023.
En junio de 2022 se celebraron elecciones para el cargo de hermano mayor a las que se presentaron dos candidaturas: la de que era albacea, Germán Jiménez y la de Andrés F. Portero Pérez, resultando elegido éste último. El Sr. Portero sucedía en el cargo a Eva Valladares, que lo ostentaba desde 2009, después de ser reelegida en 2013 y 2017, además de alargarse el tiempo de su mandato en junio de 2021 por los motivos de la pandemia de covid-19 y decretarlo así el Arzobispo don Javier Martínez.
El nuevo curso cofrade 2022-2023 se presentaba con toda normalidad, en cuanto a las actividades de diversa índole que ha desarrollado esta hermandad y el resto de las corporaciones de Semana Santa. En este curso se está abordando el rediseño y enriquecimiento del estandarte corporativo de la cofradía con el aprovechamiento de los bordados del antiguo guion y la aportación de elementos nuevos. El proyecto lo ha diseñado Álvaro Abril y se realiza con hilo de oro sobre tela de tisú blanco por bordadores de la hermandad. Tan avanzado se encuentra el trabajo, que se espera finalizarlo para su estreno en el Domingo de Resurrección de 2023.
La hermandad ha seguido con el desarrollo de sus inmediatos proyectos. El 24 de febrero de 2023 se realizó el acto de presentación en los salones parroquiales de San Miguel Arcángel de la nueva y espléndida candelería del paso de palio de Santa María del Triunfo, que ha sido realizado por Orfebrería Andaluza de Sevilla de Manuel de los Ríos, que ya en los albores de la hermandad la había hecho la peana de esta imagen y otros enseres. El diseño es de Álvaro Abril. Esta nueva candelería sustituirá a la que realizó Eleuterio Aragón de Motril hace más de veinte años.
Un ejemplo de hermandad que con tan escasas décadas de existencia ha conseguido unos altos niveles en todos los aspectos que definen la vida de una cofradía, partiendo en 1985 de un deseo y proyecto de un grupo de cofrades sin más medios que su fe, su esfuerzo y un enorme entusiasmo. Es un caso más de ese "milagro" que ofrece la Semana Santa de Granada, que con escasos apoyos institucionales, de las fuerzas económicas de la ciudad y de unos ciudadanos, en gran porcentaje reacios a incorporarse a las nóminas de sus hermandades, éstas se manifiestan cada vez más grandiosas en enseres, pasos, imágenes, cultos, altares y demás elementos y actividades cada Semana Santa.
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Hermanos Mayores
Fernando Olmos Álvarez 1986-1997
Andrés F. Portero Pérez 1997-2001
José Paniza Fernández 2001-2009
Eva Valladares Mendía 2009-2022
Andrés F. Portero Pérez 2022-
Marchas Procesionales
Nuestra Señora del Triunfo 1990 Joaquín Correa
La Profecía 1999 Luis Megías
Reina del Triunfo 2005 Barros Jódar
Resucitó el Hijo de Dios 2012 Noguera Vega
Resurrección en Vergeles 2013 Bueno Pérez
Triunfo en tu Mirada 2013 Palomino Olías
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1. Antonio Padial Bailón "Hermandad de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y Hermandad de Jesús de las Tres Caídas", revista "Gólgota", nº 45, 134-138, Cuaresma 2010.
2. Miguel L. López-Guadalupe Muñoz, en Conventos de la Merced y San Francisco Casa Grande en Granada, "III. Los conventos y la ciudad. Fiestas y Cofradías", 160-161. Universidad de Granada 2002.
3. Joaquín y Antonio Villena Delgado, Arte y Tradición en la iglesia parroquial de Gil
y Santa Ana. Inventario de su patrimonio. Vol. II, p. 70.
4. Información que proporciona Cecilio Cabello Velasco.
5. Juan Jesús López Muñoz, "Bendición de la nueva iglesia parroquial de San Miguel Arcángel", revista "Gólgota" 1992, p. 185.
6. Revista "Gólgota", nº30, junio 2005, p.32.
Nota. Otras fuentes de información: diversos periódicos y revistas, así como apuntes del autor durante los últimos treinta y ocho años.
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